Fresa y chocolate: un postre de película


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Si tienes invitados y quieres quedar de cine con un postre fácil de preparar, sabroso y vistoso a más no poder, ésta es tu receta: la combinación perfecta de la fresa y el chocolate. Se trata de un brownie de chocolate con unas fresas maceradas en azúcar y vinagre (sí, vinagre). Los brownies son unos pastelitos pequeños típicos de la gastronomía de los Estados Unidos que, como tantas otras cosas, se han generalizado a lo largo del orbe; en este caso, afortunadamente.

Según la Wikipedia«se cree que fueron descubiertos por accidente, cuando un cocinero descuidado, que intentaba hacer un pastel de chocolate, olvidó usar levadura». Si buscas una receta de brownie, te puedes volver majareta: hay cientos; las más sencillas sirven para que los aficionados a la repostería sin demasiado oficio puedan lucirse con los postres. Así de fáciles son de preparar.

Los brownies suelen servirse templados, con salsa de chocolate caliente por encima y una bola de helado de vainilla, aunque puedes ponerles lo que quieras. Éste lleva un adorno de fresas maceradas y su propio almíbar: rápido, barato y de temporada.

Ingredientes

200 gr de chocolate

125 gr de mantequilla

3 huevos

200 gr de azúcar

125 gr de harina

3 cucharadas de cacao en polvo

Una pizca de sal

Elaboración:

Precalentamos el horno a 180º.

En un bol grande fundimos la mantequilla (1 minuto en el microondas o despacito en un baño María suave). Cuando se haya fundido, añadimos el chocolate troceado. Lo dejamos reposar un poquito y luego lo vamos removiendo con la mantequilla caliente hasta que se funda y quede como una salsa. Si la mantequilla no está lo suficientemente caliente y el chocolate no termina de fundir, ponemos la mezcla un poco al baño María, o bien otros 30 segundos en el microondas.

En otro bol ponemos los huevos y el azúcar y batimos para que se mezclen, pero sin llegar a montar los huevos. A continuación mezclamos las dos cosas y añadimos la harina, tamizada con el cacao y la sal. Mezclamos con un batido suave hasta que quede todo bien integrado. Y ya está listo para verter en un molde y hornear.

Podemos hornear la mezcla en un molde rectangular y luego cortar los brownies en porciones, o bien usar moldes individuales. Yo me decanté por esto último, la presentación es mucho más elegante. Horneamos durante 20 minutos.

Estos brownies quedan muy jugosos y con un sabor a chocolate intenso pero nada pesado; además, bien tapados, se conservan sin resecarse durante muchos días.

Para las fresas y su almíbar:

La verdad es que yo las preparo a ojo y no me he tomado la molestia de medir cantidades porque, en este caso, esto no es un problema, no hace falta que las medidas sean exactas. Para los brownies no usaremos muchas fresas: unas pocas para poner encima o en un cordón en el plato rodeando el brownie. Las que sobren se conservan en su propio almíbar varios días y podemos tener un postre estupendo ya preparado en la nevera.

Limpiamos las fresas y las partimos por la mitad, a lo largo. Las ponemos en un recipiente hondo (soltarán mucho jugo) y las cubrimos MUY generosamente con azúcar, varias cucharadas soperas. Añadimos UNAS GOTAS (ojo con pasarse) de vinagre de Módena. También podemos usar algún vinagre balsámico aromatizado con frutos rojos; los hay con frambuesa y con cereza. Yo usé éste último, que intensifica el sabor de la fresa. Una vez añadidas esas gotas de balsámico, removemos bien y tapamos. Dejamos reposar por lo menos tres o cuatro horas, removiendo de vez en cuando. Veréis que las fresas van soltando su jugo, que va deshaciendo el azúcar y va formando un almíbar.

Pasadas unas horas, escurrimos las fresas y las separamos del jugo que han soltado. Ponemos este líquido en un cazo a fuego suave y dejamos que espese un poco, removiéndolo de vez en cuando. Una vez haya espesado, dejamos enfriar. Hay que tener en cuenta que al enfriar espesará más, por eso no debemos esperar a que esté muy espeso cuando está en el fuego, sólo un poco. Si se queda demasiado líquido cuando se enfría, siempre podemos ponerlo un poco más al fuego. Si se queda demasiado espeso, hacemos un almíbar clarito, con agua y azúcar a partes iguales, y se lo añadimos poco a poco hasta que tenga la densidad que queremos.

Para emplatar:

Ponemos el brownie en el centro del plato, espolvoreamos con azúcar glass, colocamos las fresas todo lo artísticamente que seamos capaces y terminamos de decorar con el almíbar. Ah, y nos preparamos también para el aplauso.

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